Seguidores

13 mayo 2011

DOS AÑOS.

desde que un árbol maduro con ramas abiertas demostrando un abrazo al aire o a cualquiera al que lo necesitara dijo adiós, su tronco dejó de hacerle un daño innecesario que no se merece nadie, un daño que era visible al ver que sus hojas se caían poco a poco, un daño que todo el mundo veía, pero que el árbol no daba a conocer, ya que como buen árbol, era fuerte y rígido. Su expresión era como si todos los días del año,tanto los más duros, como los menos, fuesen como las estaciones, porque hay unas más que bonitas que otras, pero todas son respetables y sobre todo, felices...
La verdad, hecho de menos poder cobijarme en ese árbol tan fuerte que lo soportaba todo, y una flor tan débil como yo que no es capaz de soportar el calor del sol de todos los días sin las ramas grandes y expertas de ese árbol inexistente hoy, está rara. Porque desde que no me cobijo en el, ya no es lo mismo y las flores que estamos en el jardín donde el estaba, crecemos cada vez más débiles, y lo único que nos hace fuertes a día de hoy es la ilusión de que algún día de estos a muchos, lleguemos a ser tan grandes y tan fuertes como tu lo eras, y así, hacer de nuevo un jardín bonito del que tu estuvieras orgulloso de estar de nuevo.
Tu eras como un árbol, asombroso, fuerte, adulto, cuidadoso y portavoz de un jardín, es decir, de una familia que te quería, te quiere y, que no estaba orgullosa de ti, sino que a día de hoy, aunque ya haga dos años desde que tu presencia es invisible a la vista, lo está, y abuelo,  sigues siendo dueño de muchas sonrisas que ilustran mi cara por pensamientos que me recuerdan a ti y que me recuerdan que cuando estoy mal y no tengo consolación ninguna, puedo mirar tu foto, o sentir tu presencia invisible para percibir que estás ahí, y que como un árbol fuerte en el que te puedes cobijar de todo, siempre estarás.
te quiero mucho.